No. La Iglesia considera a los medios de comunicación como un elemento importante en la sociedad que, con responsabilidad de ejecución y empleado de manera responsable, puede realizar una enorme cantidad de bien. Los scientologists trabajan para proteger y mantener la libertad de expresión por todo el mundo.
Habiendo dicho esto, la opinión sobre la prensa por parte de la Iglesia está de acuerdo con la sostenida por el público en general, que, por encuesta, encuentra reportajes de prensa inexactos, parciales y con demasiada frecuencia en forma de intereses creados.
Para solventar el problema, miembros de la Iglesia siguen El Código de un Scientologist y trabajan para mantener a la prensa bien informada en relación a Scientology y sus actividades. Ciertamente, la Iglesia ha trabajado diligentemente con la prensa en miles de ocasiones a lo largo de los años. Una prensa responsable puede ser un instrumento efectivo para la reforma social, y muchos de los abusos de los derechos humanos revelados por la Iglesia sólo se hicieron ampliamente conocidos a través de reportajes de medios de comunicación. De hecho, la revista de la Iglesia Freedom ha honrado a muchos periodistas que, con su dedicación y persistencia, han arrojado a la luz el abuso y han ayudado a promover las reformas necesarias.
Una y otra vez, sin embargo, periodistas menos que responsables han deliberadamente confundido al público acerca de Scientology. Como una religión nueva, ha estado rodeada de misterio, malas interpretaciones y una parte de la controversia que inevitablemente acompaña a lo nuevo y diferente. Esto no sólo es exclusivo de Scientology. Pero hacer un relato sensacionalista y de esa forma alimentar el fanatismo religioso es intolerable. No sólo le hace mal al público en general, si no que también pone a los scientologists en riesgo.
En años recientes, representantes de la Iglesia se han reunido con los consejos editoriales de importantes medios de comunicación para informarles sobre Scientology, su política y sus actividades. Estas reuniones ayudan a disipar los rumores y las acusaciones falsas que se han reunido en los archivos de referencia a lo largo de los años. Estas reuniones han sido muy benéficas para ambos, la Iglesia y los periodistas.