Un principio fundamental de Scientology es que el Hombre es básicamente bueno; que busca sobrevivir y que su supervivencia depende de sí mismo, de sus semejantes y de su logro de hermandad con el universo. Sin embargo, sus experiencias en el universo físico, a lo largo de muchas vidas, lo ha encaminado hacia el mal, en donde ha cometido pecados o actos dañinos, ocasionando que se vuelva aberrado (separado del pensamiento o comportamiento racional). Estos actos dañinos disminuyen aún más la conciencia del Hombre así como su benevolencia innata como ser espiritual.
Mediante Scientology, uno puede confrontar sus acciones, erradicar la ignorancia y aberración que las rodean, y llegar a conocer y experimentar la verdad de nuevo.
Todas las religiones buscan la verdad. La libertad del espíritu sólo se puede encontrar en el camino que lleva a la verdad. El pecado está compuesto, según Scientology, de mentiras y acciones ocultas y por lo tanto, es contrario a la verdad.